martes, 16 de octubre de 2007

Documentos internacionales

A partir de los años 60 y 70 comenzó a producirse un profundo cambio en la concepción de la educación especial y las necesidades educativas especiales, en varios países del mundo.
En los años 60 en Suecia se consideró por primera vez la importancia de la relación entre las personas discapacitadas con su contexto. Se comenzó a difundir el concepto de
normalización, que significa que todas las personas tienen el derecho de que se les brinden las formas y condiciones de vida tan cercanas como fuera posible a las circunstancias de vida de la sociedad a la que pertenecen. La sociedad debe ofrecer las posibilidades de acceso y participación comunitaria, modificando el ambiente para lograr la integración. No se trata de igualar a las personas a lo normal, alcanzando una gran homogeneidad, sino de educar para respetar y aceptar lo complejo y heterogéneo.

Informe Warnock
En 1978 se publicó el Informe Warnock, elaborado por el Comité de Educación liderado por Mary Warnock, para Inglaterra, Escocia y Gales. En él se mencionan algunas concepciones generales como las siguientes:
- la educación es un bien al que todos tienen derecho.
- los fines de la educación son los mismos para todos.
- las necesidades educativas son comunes a todos los niños.
Es clave el concepto de
diversidad, que se refiere a que cada alumno tiene necesidades educativas individuales para poder aprender y desarrollarse integralmente como persona, que requieren una respuesta y atención individualizada y comprensiva.
En el Informe se pone el acento en aquello que la escuela puede hacer para compensar las dificultades de aprendizaje del alumno, ya que éstas tienen un
carácter interactivo dependiente tanto de las características personales como de la respuesta educativa y recursos que se les brindan a los alumnos.
El Informe considera que un niño con
necesidades educativas especiales es aquel que presenta alguna dificultad de aprendizaje a lo largo de su escolarización, que requiere atención y recursos educativos específicos, distintos de los que necesitan los demás compañeros. Por un lado, los problemas de aprendizaje están relacionados a las características propias de cada niño, y fundamentalmente a la capacidad de la escuela para dar respuesta a las demandas del niño. Por otro lado, son necesarios los recursos educativos adecuados para atender a las demandas de los niños y evitar las dificultades. Entre estos recursos se pueden nombrar los siguientes: formación profesional de los maestros, ampliación del material didáctico, eliminación de las barreras arquitectónicas, psicológicas y pedagógicas, utilización de nuevas metodologías, entre otros.
Hay tres
temas centrales tratados en el Informe, que son los siguientes:
- la formación y perfeccionamiento del profesorado.
- la educación para los niños menores de 5 años con necesidades educativas.

- la educación de los jóvenes de 16 a 19 años
El Informe establece que la educación especial debe tener un carácter adicional o suplementario y no paralelo, por lo que las
escuelas especiales deben seguir existiendo para educar a niños con graves y complejas discapacidades, pero varias de ellas deben ser transformadas en centros de apoyo, brindando recursos, información y asesoramiento a las escuelas comunes y a los padres.


Declaración de Salamanca
Las principales recomendaciones y temas tratados en el Informe Warnock fueron aceptados a nivel internacional, en varios documentos, pero principalmente en la Declaración de Salamanca.
En el año 1994 se llevó a cabo la Conferencia Mundial sobre Necesidades Educativas Especiales: Acceso y Calidad en Salamanca, con la participación de representantes de 92 gobiernos y 25 organizaciones internacionales. Allí se aprobó la Declaración de Salamanca de principios, política y práctica para las necesidades educativas especiales y el Marco de Acción sobre necesidades educativas especiales.
El tema central de la Declaración es la
Educación para Todos, y la necesidad de brindar enseñanza a todas las personas con necesidades educativas especiales dentro del sistema común de educación.
La educación es un derecho que tiene cada niño, y las escuelas tienen que acoger a todos los niños y educarlos con éxito. Surge entonces el concepto de
escuela integradora, que brinde educación de calidad a todos y que desarrolle una pedagogía centrada en el niño. Esta última es positiva para todos los alumnos, ya que sostiene que las diferencias humanas son normales y que el aprendizaje debe adaptarse a las necesidades de cada niño.
Las escuelas especiales deben servir como centros de apoyo y formación para los profesionales de las escuelas comunes, así como también brindar materiales específicos y apoyo directo a los niños.
A nivel nacional, es necesario que la
legislación reconozca el principio de igualdad de oportunidades, y que haya medidas complementarias en salud, asistencia social, formación profesional para hacer posibles las leyes sobre educación.
Es fundamental el apoyo del gobierno para lograr soluciones eficaces y prácticas, y la creación e las escuelas integradoras debe ser una política gubernamental, que contribuya al desarrollo del país.
Uno de los factores claves para lograr el cambio es la
formación de los profesionales de la educación. Estos deben poder evaluar necesidades especiales, adaptar el contenido del programa, ayudarse con la tecnología, individualizar la enseñanza, entre otras cosas.
También se tratan otros temas como los siguientes: programas de estudios flexibles y adaptables, apoyo continuo, evaluación formativa, procedimientos de gestión de instituciones flexibles, educación preescol
ar, preparación para la vida adulta, etc.
La Declaración destaca la importancia del rol de los padres y también de la comunidad. Los padres deben estar bien informados, elegir la educación para sus hijos, asumir sus responsabilidades y trabajar en equipo con los profesionales. En la comunidad es necesario fomentar actitudes de integración, participación, optimismo, para poder hacer frente a la discriminación y la exclusión.


Claves del cambio de paradigma

Estos documentos internacionales dan cuenta del cambio de paradigma que se inició hace algunas décadas en Europa, y que se está expandiendo por todo el mundo. Este nuevo enfoque se centra en el valor de la diversidad.
El término diferencia sugiere cierto parámetro de contraste y cierto modelo de referencia, mientras que el término diversidad remite a la multiplicidad de la realidad y a que cada ser humano es único e irrepetible.
“Ser diverso es un elemento de valor y un referente positivo para cambiar la escuela... hay que vivir las diferencias entre las personas como algo val
ioso, solidario y democrático...”[1].
“Todos somos iguales en dignidad, nos distinguimos unos de otros por nuestras dotes particulares, nuestras ideas y creencias; y esta diferencia es para cada cual y para la civilización, una fuente de riqueza”[2]. No se trata de soportar o tolerar, sino de convivir con naturalidad y apertura para poder tomar del otro lo que tiene de distinto y al mismo tiempo reconocer lo que tiene de común.
La diversidad es constitutiva de la sociedad y de la escuela, lo cual lleva a afirmar lo siguiente: lo común, es lo diverso[3]. Con esto se refiere a que la igualdad significa la igualdad de oportunidades
en el acceso y la permanencia en la escuela. El principio de igualdad muchas veces fue mal entendido, pues se pensó que la igualdad implicaba “dar a todos lo mismo”. Durante mucho tiempo el sistema educativo respondía al paradigma de homogeneidad, el cual no contemplaba la diversidad dando lugar a la existencia de dos subsistemas: el especial y el común.
Hay que reconocer que la realidad es compleja, y que las cosas tienen un carácter ab
ierto y cambiante. A su vez, las diferentes historias de vida personal, motivaciones y actitudes, puntos de partida en la construcción de los aprendizajes, ritmos de aprendizaje, estilos de enseñanza, contextos áulicos, etc. dan cuenta de la gran heterogeneidad, que debe ser respetada.


En este cuadro comparativo se mencionan las principales características del viejo y del nuevo paradigma:

Paradigma de déficit /

Modelo médico

Paradigma de crecimiento /

Modelo pedagógico

Etiqueta a los individuos en términos de carencias específicas.

Considera a la persona en su totalidad, teniendo en cuenta las NEE permanentes o temporales.

Diagnostica la carencia específica usando técnicas estandarizadas, que se centran en los errores y las debilidades.

Evalúa las necesidades de una persona usando enfoques de evaluación auténtica en su contexto natural.

Considera las dificultades se deben a causas exclusivamente personales.

Admite como origen de las NEE, causas personales, escolares o sociales.

Separa al individuo de los demás, para un tratamiento especializado, en una clase, programa o grupo segregado, lejano al contexto de la vida real.

Mantiene las relaciones de la persona con sus pares y su entorno, brindando un conjunto de interacciones y actividades lo más normales posible.

Defiende el uso de currículum especiales y escuelas especiales.

Supone un sistema educativo y un mismo currículum ordinario para todos, fomentando las adaptaciones curriculares.

Favorece el trabajo aislado y paralelo de docentes y profesionales.

Promueve el trabajo en equipos inter o transdisciplinarios

SEGREGACIÓN

INTEGRACIÓN


Tanto la literatura como las legislaciones apoyan y promueven esta mirada diferente, pero en la práctica aún queda un largo camino por recorrer y muchos obstáculos (carencia de recursos humanos, falta de financiamiento, resistencia al cambio, problemas de coordinación, desconocimiento de la reglamentación, enfoque tradicional de la enseñanza, etc.) que superar.
Según Oscar M. Dadamia las mejoras no provienen de cambios tecnológicos o aumento de recursos, sino de la posibilidad de unir a los que creen en algo y desean la transformación. Implantar una verdadera integración supone modificar el 70% de las actitudes y el 30% de las nuevas técnicas y formas de trabajo[4].
David Isaacs argumenta que hay que favorecer las siguientes actitudes: respeto, flexibilidad, comprensión, confianza, prudencia y responsabilidad.
Sin embargo, hay que destacar que este cambio implica la participación de toda la sociedad, ya que es ella quien discapacita y rehabilita, segrega y agrega. A través de la concientización y difusión de esta nueva mirada a la educación especial, se tiende a eliminar la segregación, exclusión y asistencialismo. A su vez hay que identificar, eliminar y/o prevenir todas las barreras (arquitectónicas, psicológicas, pedagógicas) que se oponen a la integración de las personas.

[1] LÓPEZ MELERO, M. Diversidad y Cultura: calidad de vida para todos. España, Editorial Universidad de Málaga, 1993.

[2] DEVALLE DE RENDO, A. Una escuela en y para la diversidad. Bs. As., Aique, 1999, p. 42.

[3] Dirección de Educación de la Provincia de Bs. As. Resolución 2543: Integración de alumnos con necesidades educativas especiales en el contexto de una escuela inclusiva. Bs. As., 2003.

[4] Dadamia, O. M. Lo especial de la educación. Bs. As., Magisterio del Río de la Plata, 2004, p. 57.

Breve recorrido histórico de la Educación Especial en la Argentina

A fines del siglo XIX en la Argentina las ideas liberales se plasmaron en la política educativa nacional, y la educación pasó a ser el medio privilegiado para lograr la unidad nacional.

“En todos los Estados Modernos, el sistema escolar se constituyó con una clara vocación homogeneizadora. Para formar una nación era preciso constituir a los habitantes en ciudadanos. La inculcación de un conjunto básico de significaciones comunes se convirtió en un factor de integración nacional. Para ello la institución se propuso combatir los particularismos y reducir las diversidades socioculturales”[1].

La Ley 1420 del año 1884 tenía por objetivo fundamental la homogeneización del pensamiento y los saberes del pueblo, lo cual era una tarea compleja debido a la variedad de costumbres y tradiciones de la gran cantidad de inmigrantes. Ese crisol de razas debía ser unificado.
Con el transcurrir del tiempo, esa ley llevó a que el sistema educativo se dividiera en dos subsistemas:

  • educación común
  • educación especial
La educación especial tomó una orientación basada en el modelo médico, el cual ponía el énfasis en el déficit y favorecía la segregación.

La educación especial se apoyó durante casi todo el siglo XX sobre la convicción de que a niños diferentes les convenían ámbitos diferentes.
Las escuelas especiales se caracterizaban por:
- tener una menor cantidad de niños por maestro lo cual favorecía la individualización de la enseñanza,
- trabajar intensivamente con equipos multidisciplinarios formados según el tipo de problemas de los niños,
- usar una didáctica especial para cada categoría de discapacidad.
Además fueron creándose los profesorados de especialización en muchas categorías de dificultades, que eran en su mayoría de nivel terciario.


Integraciones escolares
Ya desde hace muchos años, se realizan integraciones escolares de niños con necesidades educativas especiales de todo tipo, principalmente de origen sensorial y motor, en casi todo el interior del país, en zonas rurales y en ciudades. Aunque en su mayoría se trata de integraciones espontáneas, que no formaron parte de un plan general nacional o provincial.
En 1960 se empezó a considerar la posibilidad de integrar al niño ciego y el disminuido visual en la escuela común.
En 1967 se registra una experiencia de integración de niños ciegos y disminuidos visuales en las escuelas primarias de La Plata.
En 1974 se integraron niños ciegos en los jardines de infantes de la Ciudad de Córdoba.


Escuelas Especiales de Recuperación

Las Escuelas Especiales de Recuperación estaban destinadas a atender a niños con dificultades de menor gravedad, que eran derivados por la escuela común.
Los primeros grados y escuelas de recuperación de la Ciudad de Buenos Aires fueron creados en 1973 por ley. En ella se especifica la población a la cual atenderán: “defectivos pedagógicos no incluibles en escuelas diferenciales y con problemática especial para la escuela común, que podrán superar las dificultades de aprendizaje y luego integrarse eficazmente al medio escolar de origen”. Se buscaba disminuir las tasas de repitencia y deserción, manteniendo el mismo currículum que las escuelas comunes, pero aplicando técnicas y metodologías adecuadas.
En 1979 había 5 escuelas de recuperación, luego 16, y en el período 1980-1981 esta expansión se agudizó, ya que se implementaba un nuevo currículum de educación común que destacaba la necesidad de que la escuela estuviera formada por un grupo social homogéneo.

Algunos hechos que contribuyeron a la integración
Desde 1983 en la Universidad de Buenos Aires, desde la Cátedra de Educación Especial, se trabajaron temas fundamentales como la integración y la normalización, lo cual se basó en el gran movimiento a nivel mundial en favor de la integración.
En 1987 se creó la Comisión Nacional Asesora para la Integración de Personas Discapacitadas dependiente de la Presidencia de la Nación, que brinda un espacio para la coordinación de distintas acciones y propuestas para lograr una mayor integración de las personas discapacitadas.
En 1988 se lanzó el Plan Nacional de Integración, dependiente del Ministerio de Educación y Cultura de la Nación.
Durante la década del 80 muchas jurisdicciones comenzaron a realizar experiencias de integración escolar, respaldadas por las direcciones de educación especial.

En 1991 tuvieron lugar las Primeras Jornadas Intercátedras de Educación Especial, que tienen como meta alcanzar una coherencia entre las programaciones teórico-prácticas de las distintas universidades y Profesorados de educación especial del país.
En 1993 se formó la Red Universitaria de Educación Especial.[2]



[1] Tenti Fanfani, E. La escuela vacía, deberes del Estado y responsabilidades de la Sociedad. Buenos Aires, Losada, 1993, p. 29.

[2] Cfr. Lus, M.A. De la integración escolar a la escuela integradora. Bs. As., Paidós, 1992, p. 67-77.

Marco Legal de la Educación Especial en la Argentina

Las principales ideas consagradas a lo largo de múltiples encuentros internacionales, se han ido instalando en diferentes regiones, incluyendo nuestro país, gestándose el principio de una nueva concepción, que ha consistido en dejar de considerar al alumno con necesidades educativas especiales como centro exclusivo de la atención y la acción de la educación especial, para atender también a los determinantes de los contextos social, familiar, y escolar, del entorno en el que se desarrolla el alumno.

A raíz de estas concepciones, surgen políticas de integración educativa que han sido diseñadas y puesto en marcha en diferentes países. La Argentina, como fue mencionado anteriormente, no quedó exenta de esta realidad, y por ello comenzó a impartir nuevos lineamientos para integrar a las personas con necesidades educativas especiales. Estas políticas educativas tuvieron como base los documentos internacionales, los que dieron lugar a los nacionales y de los cuales surgieron los jurisdiccionales, permitiendo así el abordaje de esta temática en planos cada vez más concretos.

Se observa en nuestro país la urgencia de que las políticas vayan acompañadas de acciones y prácticas reales. Desde los lineamientos políticos deben procurarse no sólo las leyes que regulen la educación especial sino y sobre todo los recursos necesarios para lograr dicha adaptación. Las leyes en sí mismas no han demostrado ser efectivas si los actores del sistema no las asumen o si al querer asumirlas no cuentan con los medios para implementarlas. Esta cuestión la tratan distintos autores, expresando lo siguiente:
- “Los marcos legales solos no resuelven las actitudes de las prácticas educativas”[1].
- “El camino que queda por recorrer, en el futuro mediato e inmediato, es plasmar en la realidad esta igualdad, es decir efectivizar en la práctica la letra de la ley”[2].
- “La educación de los alumnos con necesidades educativas especiales en la escuela ordinaria no es un asunto que pueda resolverse a través de formulaciones legales. Es, además y principalmente, un objetivo que ha de abordarse desde todas las perspectivas, no solo las que tienen relación con el sistema educativo sino también con el conjunto de la sociedad. La integración así entendida es un largo y laborioso proceso que exige un esfuerzo sostenido para que todos los factores que están en acción contribuyan positivamente al resultado global”[3].


Principales documentos en el plano nacional


· La Ley Federal de Educación (24.195/93) contiene algunos principios fundamentales, que son los siguientes:
- la igualdad de oportunidades y posibilidades para todos y el rechazo de la discriminación.
- la justa distribución de los servicios educacionales a fin de lograr la mejor calidad y los mismos resultados a partir de la heterogeneidad del alumnado.
- la integración de las personas con necesidades especiales a través del pleno desarrollo de sus capacidades.
- el sistema educativo debe ser flexible, articulado, equitativo, abierto, y orientado a satisfacer las necesidades nacionales y la diversidad.
Además, dentro de los Regímenes especiales se encuentra la Educación Especial. Entre los objetivos de ésta están los mencionados a continuación:
- atender a las personas con necesidades educativas en escuelas de educación especial.
- dar una formación individualizada, normalizadora e integradora, y una capacitación laboral.
Por otro lado, considera la posibilidad de revisar la situación de los alumnos de escuelas especiales, para facilitar la integración a las escuelas comunes, cuando sea posible.

· El Acuerdo Marco para la Educación Especial (Serie A, Nº 19, 1998), elaborado por Consejo Federal de Cultura y Educación, describe y explica las cuestiones y conceptos principales de esta temática, como la educación especial, las adaptaciones curriculares, los equipos profesionales, la capacitación y formación de docentes, etc.
Además se plantea la necesidad de transformar la educación especial, superando la situación de subsistemas de educación, y atendiendo a un alumnado más amplio y diverso. Es fundamental dejar atrás el modelo médico y psicométrico, para centrarse en los aspectos educativos, y por lo tanto se deben atender los aspectos curriculares y de gestión.

· La Ley de Educación Nacional (26.206/06) también enumera una serie de principios, entre los cuales están los siguientes:
- la educación es un bien público y un derecho personal y social.
- el Estado Nacional, las Provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen la responsabilidad de brindar una educación integral, permanente y de calidad para todos, garantizando la igualdad, gratuidad y equidad.
- la política educativa nacional se propone garantizar la
inclusión educativa a través de políticas universales, y de estrategias pedagógicas y de asignación de recursos.
- la política educativa nacional tiene como uno de sus objetivos poder brindar a la personas con discapacidades, temporales o permanentes, una propuesta pedagógica el desarrollo de sus posibilidades, la integración y el ejercicio de sus derechos.
A su vez, dentro del Sistema Educativo Nacional se encuentra la Educación Especial, que es la modalidad que permite asegurar el
derecho a la educación de las personas con discapacidades en el Sistema Educativo.
Queda establecido que las autoridades jurisdiccionales deben disponer las medidas necesarias para:
- posibilitar una trayectoria educativa integral.
- contar con profesionales que trabajen en equipo con los docentes de la escuela común.
- asegurar la cobertura de los servicios educativos especiales (transporte, recursos materiales) para desarrollar el currículum escolar.
- ofrecer alternativas para la formación a lo largo de toda la vida.
- garantizar la eliminación de barreras arquitectónicas de todas las escuelas.
El Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología deberá crear las normas que regirán los procesos de evaluación y certificación escolar, y fomentará la articulación entre ministerios y otros organismos.

Principales documentos en el plano jurisdiccional

· La Resolución 2543/03: Integración de alumnos con necesidades educativas especiales en el contexto de una escuela inclusiva, elaborada por la Dirección de Educación de la Provincia de Buenos Aires, establece que la política educativa de la Provincia de Buenos Aires tiene la inclusión como un mandato central, y que el desafío del Sistema Educativo es mejorar la calidad, en una escuela abierta que incluya e integre a todos.
La Resolución se basa en el Acuerdo Marco para la Educación Especial (Serie A, Nº 19), destacando la importancia de los procesos de integración y las adaptaciones curriculares.
Los principales temas tratados son los siguientes: una nueva concepción: el diagnóstico pedagógico; las necesidades educativas especiales; el proceso de integración.

· La Resolución 1274/00, elaborada por la Dirección de Educación Especial del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, establece los principios básicos de la Integración educativa y los criterios de evaluación, promoción y acreditación de estos alumnos. La educación especial amplia su campo específico, ejerciendo sus funciones profesionales insustituibles de apoyo, complemento y sostén para la atención de la diversidad.



[1] Dadamia, O.M. Lo especial de la educación. Bs. As., Magisterio del Río de la Plata, 2004, p. 61.

[2] Parés, B. R. (comp.) Educación de las personas con discapacidad. Una tarea que se construye. Mendoza, Facultad de Educación Elemental y Especial, Universidad de Cuyo, 2003, p. 41.

[3] Marchesi, A. y Martín, E. En: Lus, M.A. De la integración escolar a la escuela integradora. Bs. As., Paidós, 1992, p. 73.